Vendo seguros para besos robados, yo se los repongo

martes, 14 de diciembre de 2010

Cómo.

Hoy es un día igual que ayer y ayer fue un día igual que hoy y el viernes fue un día diferente a todos los anteriores y futuros de toditita mi existencia. El teléfono sonó a las 4 de la mañana y era mi tía que estaba llorando porque mi abuelito estaba muy mal, mi madre y yo fuimos corriendo a su casa -fue literal, vive a ni una casa de distancia- yo esperé afuera a una ambulancia que llegara antes que yo muriera de frío, esperé 20 minutos, ni más, ni menos. Mi mamá y tía habían ido a por mi abuela que estaba con mi otra tía y me habían dejado solita con los 2 paramédicos y mi abuelo. Lo que después vi fue algo que en verdad no espero que alguna vez de ustedes vieran jamás en sus vidas. Vi cómo mi abuelo daba su último suspiro, vi cómo un corazón dejaba de latir, vi cómo mi abuelo moría. No he derramado ni una lágrima después de eso.

1 comentario:

  1. Te doy mi más sincero pésame. Como dice mi abuela, es ley de vida. Aunque no por eso el trance es menos doloroso.
    Te invito a participar en nuestro reto "365 dias de cuentos". Quizá así, escribiendo, indagues en tu alma, llores por tu abuelo, y cures tu corazón herido. No conozco mejor medicina.

    Y mucho ánimo con tu blog. Ya verás como poco a poco va a ir creciendo.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar